jueves, 18 de septiembre de 2008

El caos de la formación docente en México. Políticas educativas y modelos pedagógicos fracasados.

INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS



MAESTRIA EN COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS
MÓDULO PROPEDÉUTICO


Alumno: Felipe de Jesús Echeveste Zavala

Tutora: María Trinidad Cerecedo Mercado

Grupo 7
Sede: Centro de Educación Continua a Distancia 2




18 DE JUNIO DE 2008

SEIEM 2008


RESUMEN
Las políticas educativas gubernamentales en torno a la educación normal han sido un fracaso, por lo que no han permitido la formación de maestros profesionales con una visión pedagógica y disciplinaria que les posibilite una práctica de calidad con resultados satisfactorios en el aprovechamiento escolar.
Este ensayo aborda los retos que habrá que enfrentar para salir de la crisis que se vive en las escuelas normales del país.





Introducción

Los mexicanos, desde hace ya varios años estamos ante la sensación de llegar a ningún lado en la educación. Un cierto sentimiento de incertidumbre nos invade al ver en lo que se han convertido nuestras escuelas: ausentismo de docentes y de alumnos, deterioro de los inmuebles, rigidez, burocratismo, inseguridad, lamentables resultados en el aprovechamiento. Todo ello convive con usos y costumbres buenas y malas ya muy arraigadas, pues frente al abandono se sigue con los tradicionales festivales del 10 de mayo, del día del niño, del día del maestro, etc. Las irrenunciables ceremonias cívicas de cada lunes parecen constatar este hecho, como que nos aferramos a la tradición a pesar de todo porque sentimos que algo nos salva del vacío.

México está lleno de verdaderas gestas históricas en el campo de la educación, para muestra un botón basta: las misiones culturales de Vasconcelos nos dejaron ver en su tiempo el potencial social de la educación. Un pueblo sublimado ante su historia es capaz de todo y más si se le toma en cuenta en la solución de los grandes problemas nacionales. Miles de maestros normalistas rurales y gente del pueblo que apenas sabían leer y escribir salieron hasta los rincones más apartados de la geografía nacional para llevar el saber a los más olvidados, ellos fueron los forjadores del sistema educativo nacional y sin embargo después de la importancia social que tuvieron su imagen fue paulatinamente degradada.

Con este ensayo queremos reflexionar sobre la necesidad de luchar por cambiar el rumbo que ha tomado la educación en nuestro país, acercarnos a los diversos escenarios y preguntarnos: ¿Qué posibilidades existen, bajo las condiciones actuales de nuestro país, de transformar las políticas erráticas que diversos gobiernos han impuesto en la formación de maestros para la educación básica y que han sumido al país en un grave deterioro de la educación pública? ¿Cuáles son las posibilidades del presente?

Es muy difícil hablar sobre los problemas de la formación docente en nuestro país, frente a la inmensa cantidad de escritos que existen al respecto. No podemos afirmar que aportaremos algo nuevo, por eso nos atenemos a nuestra experiencia como docente y nuestro acercamiento a esa realidad educativa que tanto se ha cuestionado por todo mundo. En el último de los casos escribir es una oportunidad para asumirnos como sujetos pedagógicos y pensar sobre nuestro propio quehacer.

Políticas educativas en torno a la formación docente.

Habría que partir de una tesis para entender lo que ha sucedido con la formación de maestros en nuestro país: su formación y profesionalización no siempre han sido una prioridad de estado, y el proyecto educativo nacional históricamente sólo ha sido coyuntural y por lo tanto limitado. Quizá esto explica las políticas erráticas en su formación, el descuido en el gasto social por diversos gobiernos en la educación, los paupérrimos salarios por siempre devengados, el deterioro de las escuelas y su cansancio.

Los maestros después de hacerse presentes en la vida social desde el siglo XIX no ha logrado el reconocimiento social propio de su función. La profesión docente después de siglos parece ser una profesión emergente, que no termina de constituirse ni de asumirse como un gremio con identidad propia. La palabra maestro en este país ha tenido muchos significados, ha sido una palabra polisémica, hoy fácilmente puede significar refugio para profesionistas desempleados o bien trabajo para fracasados de otras profesiones.

Podemos decir que es también una profesión esencialmente femenina, pues la mayoría de quienes la ejercen son mujeres, siendo probablemente también una de las causas como dice Fanfani y Steinberg (2007) de la “proletarización” de la profesión, en un estudio socio demográfico comparativo de los docentes en Argentina, México y Brasil.

En la década de los 70´ cuando los egresados de las escuelas normales salían con una plaza asignada a una escuela, podían verse con cierta aureola de prestigio; aún así siempre fue vista como una profesión para pobres, pues saliendo de la secundaria podían ingresar a una normal con plan de dos y posteriormente de cuatro años y ser ya alguien en la vida, de tal suerte que a los 18 o 20 años un joven todavía adolescente tenía asegurado un empleo. Y si le echaba ganas podía llegar hasta la Normal Superior y especializarse como maestro de secundaria con lo que acrecentaba su prestigio social. Hoy a asistimos al derrumbe del normalismo mexicano. Veamos la siguiente cronología, que elaboramos a partir de la consulta a varios textos.

CRONOLOGÍA

- 1823 se funda la escuela normal lancasteriana
- 24 de febrero de 1887 se funda la Escuela Normal para Profesores de Instrucción Primaria.
- 1925 Lauro Aguirre la convierte en Escuela Nacional de maestros (ENM)
- 1944 se funda el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio.
- Principios de los años 60´ se fundan los Centros Regionales de Educación Normal (CREN)
- 1969 se incrementó de dos a cuatro años la duración de los estudios
- 1970 se fundan las escuelas normales experimentales.
- Con el Plan de 1975 los egresados salían con un certificado de bachillerato.
- 22 de enero de 1984 se estableció el nivel de licenciatura.
- 1979 se funda la Universidad Pedagógica Nacional
- 1987 se le otorga a la ENM el nombre de Benemérita Escuela Nacional de Maestros.
- 1992 se firma el Acuerdo Nacional para la Modernización de la educación Básica y la creación de 500 centros para la actualización de los maestros en servicio.
- 1995 nuevo plan de estudios.

En estos datos podemos observar las políticas educativas de diversos gobiernos, cada uno tomo medidas diferentes. Podemos ver, a nuestro entender, cuatro grandes etapas en la evolución del normalismo, la primera esta ligada a la necesidad de establecer nuestra identidad como nación independiente, en la segunda se busca afirmar nuestro nacionalismo después de la revolución, aquí se fortalece al normalismo y se funda en 1925 la ENM en la ciudad de México; la tercera tiene que ver con la profesionalización de la actividad docente y la necesidad de buscar alternativas ante los incesantes ambientes conflictivos en las normales rurales, esto se da entre las décadas de los 60´y 70´. La cuarta la llamamos de desmantelamiento del sistema normalista con la fundación de la UPN en 1979 y el establecimiento de la licenciatura en 1984.

Nos queda muy clara esta última etapa porque fuimos testigos de la misma. Fue precisamente en el sexenio de Miguel de la Madrid cuando se da, por ejemplo, la persecución y hostigamiento a las normales rurales, a los CREN y a las normales experimentales y el cierre de la Escuela Normal Superior, que se ubicaba en la avenida México-Tacuba y posteriormente reubicada como una pequeña escuelita en la Unidad Habitacional del Rosario en Azcapotzalco, y que hoy no es ni la sombra de lo que fue.

Ahora bien, si nos situáramos en los últimos tres gobiernos veríamos que fuera del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica firmada entre los líderes del SNTE y el gobierno de Salinas de Gortari en 1992, no ha habido prácticamente propuestas de fondo de los siguientes gobiernos, pues ni el régimen de Zedillo y menos el de Fox hicieron nada para evitar el hundimiento de las instituciones formadoras de docentes.

Las consecuencias del desmantelamiento de las instituciones formadoras de docentes están a la vista. Después de haber tenido un enorme crecimiento entre el año escolar 1973-1974 y el de 1981-1982, donde la matrícula pasó de 111 000 alumnos a 333 000, se pasa a un declive a partir de 1984, con el establecimiento de la licenciatura. Arnaut (2004, p.13) nos muestra una estadística en la que podemos ver como para 1990 la matrícula había descendido dramáticamente a 108 987 alumnos, es decir la normal dejó de ser atractiva para los jóvenes.

Esta situación indudablemente es uno de los factores que indujo la desprofesionalización docente en la educación básica, pues mientras la población estudiantil en las escuelas primarias y secundarias crecía, los aspirantes a maestros disminuían. La alternativa fue desde entonces abrir la puerta a todo tipo de profesionistas a la docencia sin considerar las consecuencias negativas, pues muchos ingresaron y siguen llegando sin la vocación y sin la menor noción sobre la pedagogía.

El daño ya esta hecho y de esto ha sido cómplice también el SNTE, quien con
sus políticas clientelares dejó de lado su misión de velar por una educación de calidad, aceptando indiscriminadamente la inserción en el sistema educativo de una masa inmensa de personas sin la formación más elemental para el ejercicio docente, importándole sólo su lealtad y el sometimiento acrítico a su poder.

No podemos dejar de sumarnos desde aquí a ese coro de voces que cada día
es más fuerte y que viene cuestionando el papel tan lamentable que esta organización sindical ha jugado en las definiciones de la política educativa nacional. Históricamente se convirtió en un instrumento de control ideológico y político de los maestros, y su poder, puesto al servicio de diversos gobiernos, es tal que controla en muchos estados las estructuras administrativas de los servicios educativos. Los supervisores, como bien lo señala Calvo (2002, pp. 22-23) en su magnifico estudio sobre la supervisión escolar en nuestro país, patrocinado por la UNESCO, han jugado un papel central en esta tarea de sometimiento político.

Lo anterior limita cualquier posibilidad de equilibrar los poderes y de que voces diferentes asuman decisiones que beneficien al sistema educativo, aunque afecte los intereses creados por los representantes del SNTE. Y no con esto quiero abogar por la desaparición del sindicato, lo que afirmo es que su defensa de los trabajadores no debe ser pretexto para invadir ámbitos que se salen de la naturaleza política de una organización de este tipo, que es un grupo de presión social que en el último de los casos debe servir para salvaguardar los derechos del gremio y no para buscar ser gobierno.

Esta distorsión le está saliendo cara al país, pues desde su corporativismo, los líderes del SNTE, hoy partido político, usufructúan la organización sindical para provecho de otros intereses distintos al gremio. Es verdaderamente patético en los servicios educativos tratar con personajes que al mismo tiempo son patrón y sindicato. Mientras esto perdure no creemos en la posibilidad de alcanzar una vía de acceso a la calidad en la educación, pues las fuerzas progresistas están atadas de manos.

Lamentablemente este escenario va para largo, pues todo México es testigo del nuevo maridaje de los líderes nacionales del SNTE con el gobierno panista de Felipe Calderón. Lo único posible será hacer, como reza el dicho popular, “de tripas corazón” y no desfallecer en la lucha por aprovechar la menor oportunidad para mejorar lo que humanamente esté en nuestras manos.

El legado histórico del normalismo a la educación.

El normalismo históricamente ha sido un terreno de conflicto social, habría que preguntarse por qué; no obstante de sus aulas han egresado importantes líderes sociales. Por lo menos en nuestro país su desarrollo está unido a la imagen y presencia del maestro revolucionario y de líderes guerrilleros. Por citar algunos ejemplos, destaca en la revolución de 1910 la figura del Profesor Otilio Montaño como parte de las fuerzas zapatistas; posteriormente tenemos la presencia del Profesor Arturo Gámiz que encabeza un movimiento guerrillero en Chihuahua, con el cual intentó en 1967 asaltar el cuartel Madera del Ejército Mexicano.

Por otro lado, en la misma década, se forman diversos movimientos Guerrilleros en el estado de Guerrero, los más importantes están dirigidos por dos maestros: Genaro Vázquez Rojas con su Asociación Cívica Guerrerense y Lucio Cabañas Barrientos con su Partido de los Pobres. El Profesor Othón Salazar por su parte también desde los años 50´ lidera un movimiento magisterial, que por la vía pacífica enarbola diversas demandas sociales y sindicales.

De igual forma las normales siempre se caracterizaron por su fuerte movilización estudiantil, bajo la dirección de la Federación de Estudiantes Socialistas Campesinos Unificados de México (FECSUM). Es muy probable que el detonante del conocido protagonismo político de las normales haya obedecido a la visión con la que nacen, al respecto nos ilustra Gómez Torres (2003, p. 9):

En México, las escuelas Normales surgen de la necesidad de “uniformar la enseñanza”, característica de los primeros años de vida republicana. Con este espíritu se establece la primera y breve escuela Normal Lancasteriana, en 1823. Y con la misma misión se crean Normales en distintos puntos del país, durante la segunda mitad del siglo XIX. Todas con el propósito de que sus egresados lograsen que cada individuo se sintiese mexicano.

La revolución hace de las escuelas Normales un medio para sus propósitos de unidad social, ideológica y cultural de las escuelas. En tal virtud, el Estado asume el control de ellas, dirigiendo centralmente la administración de todas las actividades que se realizan dentro de las Normales.

Es entonces la ideología nacionalista, unida posteriormente a ideologías socialistas y el origen humilde de la mayoría de sus estudiantes, lo que conforma al parecer el caldo de cultivo del ambiente tan politizado en el que se desarrollaron. A pesar de todo han sido los maestros normalistas los forjadores del sistema educativo mexicano, a ellos les corresponde este mérito.
Los modelos de formación docente.

Finalmente quiero referirme a los modelos de formación docente. Nos queda claro que los enfoques pedagógicos no han sido los correctos pues el magisterio ha transitado entre una visión instrumental y técnica a una visión disciplinaria, sin que hasta el momento se haya logrado la convergencia y racionalidad pedagógica necesaria para formar a los nuevos maestros en lo técnico, lo pedagógico y lo disciplinario. Los primeros planes de estudio de 2 años de formación nos remiten a una visión muy funcional, no se quería pedagogos competentes al frente de la educación sino meros reproductores de contenidos, para ello bastaban algunas nociones didácticas y el dominio general de cierta información disciplinaria.

Pablo Latapí (2003, p.4) nos corrobora en este sentido cuando afirma que:
“nuestros modelos de formación y actualización magisterial muestran síntomas de agotamiento, dispersión y, en cierto sentido, de derrota. El proceso de reforma de las normales es en la práctica muy débil; la UPN no acaba de encontrar su lugar y desempeña funciones de docencia e investigación escasamente pertinentes a sus propósitos originales; y los maestros (con notables excepciones de grupos que trabajan clandestinamente por superarse) están desarmados”.

Conclusión.

Las políticas educativas gubernamentales han sido erráticas en cuanto a la formación de maestros para la educación básica. Desmantelaron las escuelas normales y crearon nuevos centros como la Universidad Pedagógica Nacional, todo ello más por motivos políticos e ideológicos que por la búsqueda de acciones de auténtico mejoramiento del magisterio. A la postre estamos frente a un escenario desolado y sin visos de una pronta solución ante los rezagos que se han propiciado y los pésimos resultados en la calidad educativa.

Estamos convencidos en cuanto a la necesidad de enfrentar esta realidad con sentido crítico y cuestionar esta desarticulación que se vive en torno a las políticas de formación de docentes. Se requiere además, debatir también sobre los modelos de formación que se han impulsado y las reformas a la educación normal que persisten en el fracaso.

La educación pública no puede seguir siendo la alternativa al desempleo, es imperioso promover políticas de profesionalización ante los profesores que no tienen la formación pedagógica inicial con programas de nivelación pedagógica y los respaldos institucionales que estimulen su preparación; además se debe buscar que quienes aspiren a ingresar a la labor docente sean preparados con anticipación, pero sobre todo es urgente quitarle al SNTE el control de la contratación de maestros, pues con su visión clientelar han sido junto con los gobiernos en turno los principales responsables de esta grave distorsión que hoy padecemos, y que además han relegado a miles de normalistas y pedagogos al desempleo al preferir otros profesionales pensando más en sus intereses políticos.

REFERENCIAS
Arnaut, A. (2004). Hacia una política integral para la formación y el desarrollo profesional de los maestros de educación básica. Cuadernos de Discusión, (17).
Braslavsky, C. (2003). Escuelas del futuro en sistemas educativos del futuro. ¿Qué formación docente se requiere?, Buenos Aires, Argentina, Papers Editores
Calvo P. B., et al. (2002) Tendencias en supervisión escolar. La supervisión escolar de la primaria en México: prácticas desafíos y reformas. Paris, Francia, UNESCO-IIEP.
Gómez T. C. (2002). ¿Qué pasa con las normales? Revista 2001. Nueva Época, 102 (9)
Latapí, P. (2003) ¿Cómo aprenden los maestros? Cuadernos de Discusión, (6).

Subsecretaria de Educación Básica y Normal. (1995). Plan de estudios de la educación normal. México, autor.
Webgrafía
González, V. L. (2004). Investigación, investigación de la práctica, reflexividad y formación de docentes. Antología de seminarios de Investigación: Formación docente. 2004. Secretaría de Educación Jalisco. Consultado el día 8 de abril de 2008, de http://educacion.jalisco.gob.mx/
Martínez, R.J. (1988) La investigación en la formación: un acercamiento a la reflexión en el marco de las instituciones formadoras de docentes. Educar: revista de educación nueva. Recuperado el 10 de mayo de 2008, de http://educacion.jalisco.gob.mx/
Tenti, F.E. & Steinberg, C. (2007) Hacia un mayor conocimiento de los docentes en América Latina. Características sociodemográficas y posición en la estructura social de los docentes de Argentina, Brasil y México. Recuperado el 6 de junio de 2008, de http://www.iipebuenosaires.org.ar














































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FORMATOS
SECCIÓN A
1) Análisis del ensayo: El caos de la formación docente en México. Políticas educativas y modelos pedagógicos fracasados.
título del ensayo
Autor: Felipe de Jesús Echeveste Zavala
¿Cuál es la posición del autor(a) (el estudiante), su versión de las cosas y qué quiere expresar a través del texto?
Expresa su preocupación por la ausencia de políticas educativas gubernamentales que acierten a sacar de la crisis que por décadas viven las escuelas normales y que han afectado severamente el desarrollo de una educación de calidad. Cuestiona el papel del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que se convirtió en un instrumento de control político puesto al servicio de diversos gobiernos, en detrimento de sus agremiados y del desarrollo eficiente de la educación pública. Reivindica, a pesar de todo, a las normales rurales como las principales forjadoras del sistema educativo mexicano y plantea la posibilidad de seguir aprovechando las oportunidades que se presenten para mejorarlo.

SECCIÓN B
2) Autoevaluación del ensayo:
De acuerdo con mi criterio, considero que mi ensayo debe obtener, en una escala de 1 al 10 (1 es lo más bajo y 10 lo más alto): (9)

Formato de análisis y autoevaluación del ensayo













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1) Reflexión de su participación en los foros: Felipe de Jesús Echeveste Zavala
autor(a)

Realice una breve reflexión de las actitudes mentales de pensamiento crítico que puede observar en su participación en los foros
Traté de expresarme con humildad, valentía e integridad intelectual, aunque creo que me faltó trabajar la empatía con el grupo y ser más perseverante en la comunicación.
SECCIÓN B
2) Autoevaluación del ensayo:
De acuerdo con mi criterio, considero que en mi participación en los foros debo obtener, en la escala de 1 al 10 (1 es lo más bajo y 10 lo más alto): 7 porque no logré una optima participación, ingrese una vez en cada oportunidad y no logré el intercambio de ideas con el grupo, sencillamente nadie hizo un comentario sobre mis ideas expuestas. (Anote el número correspondiente)

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Exprese cuáles fueron las habilidades o destrezas en las que apoyó a sus compañe@s de su Red de Apoyo y manifieste cuáles fueron las habilidades o destrezas en las que fue apoyado por ell@s.
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